En la seguridad contra incendios, la etiqueta de un extintor no es un adorno: es un documento clave que entrega información esencial sobre el equipo y su estado operativo. Ignorarla —o peor aún, no tenerla— puede significar que el extintor no cumple con la normativa chilena vigente y, por ende, no es válido en fiscalizaciones ni útil en una emergencia.
A continuación, te explicamos qué debes revisar en la etiqueta de tu extintor y por qué es tan importante.
Toda etiqueta debe indicar con claridad quién realizó la mantención. Este dato permite trazar la responsabilidad técnica y verificar si se trata de un proveedor autorizado. Si la etiqueta no menciona una empresa formal o está ilegible, desconfía: podría tratarse de una intervención no certificada.
La fecha debe ser visible y clara. Según la norma NCh2056, la mantención debe hacerse al menos una vez al año, y en algunos casos —como ambientes industriales, cocinas o lugares con alto tránsito— incluso con mayor frecuencia.
Una etiqueta sin fecha, con tachaduras o escrita a mano, no tiene validez normativa.
La etiqueta debe indicar si el equipo es de PQS, CO₂, espuma, acetato de potasio, etc., y contra qué clases de fuego es efectivo (A, B, C, D, K). Esta información es vital para que cualquier persona pueda usar el extintor adecuado según el tipo de emergencia.
Especificaciones como la presión de operación y el peso del agente ayudan a verificar si el equipo está dentro de los parámetros operativos y si fue recargado correctamente. Extintores con datos que no coinciden con el modelo real podrían haber sido modificados ilegalmente.
Aunque no forman parte de la etiqueta misma, su presencia y condición complementan la información. Una argolla suelta o falsa (diámetro mayor al gollete) indica que el extintor no fue desarmado para su revisión, violando la norma NCh2056 art. 8.2.4.5.
La etiqueta debe mencionar el cumplimiento de normativas como la NCh2056, DS44 del Ministerio de Economía o la DS594 del Ministerio de Salud. Esta mención valida el procedimiento realizado y protege legalmente a la empresa usuaria.
Riesgo operativo: el extintor puede fallar cuando más se necesita.
Multas y sanciones: en fiscalizaciones puedes ser sancionado por no cumplir con la normativa vigente.
Problemas con seguros: en caso de siniestro, la aseguradora puede no cubrir daños si los equipos estaban fuera de norma.
Exige etiquetas claras, firmadas y fechadas por un proveedor con RUT y dirección.
Solicita certificados de mantención y guarda respaldo digital.
Haz inspecciones mensuales y anota cualquier anomalía en las etiquetas.
Nuestro equipo técnico detecta etiquetas irregulares, reemplaza extintores intervenidos y entrega respaldo documental para auditorías. Si sospechas que algún extintor de tu empresa fue adulterado o no cumple la norma, escríbenos: lo revisamos sin costo.